
Acabo de tener la lección más grande que la vida me ha podido dar desde que llegué a Madrid.
En México, uno de mis mejores amigos siempre me decía que no fuera tan sentimental y que no me enamorara de la gente a la primera vez de conocerla o de verla, que hay muchas cosas de la gente que no nos pueden gustar después de ir conociendo y que hay que ser un poco más frío.
Pues no cabe duda que lo único que he conocido aquí es gente que quiere polvos, sales y conoces a alguien y lo único que pasa es: un polvo, no intercambias telefonos y a la mañana siguiente ya todo se acaba, no lo vuelve s a ver, y si lo vuelve s a ver, si bien te va te saludan si no, ni siquiera eso. Jajaja. Cabe aceptar que yo me arrepiento de cosas que he hecho y a veces soy de los que no saluda.
Pues nada, hace rato una persona que me interesaba, más bien, que creía que me interesaría para algo super bien, me acaba de demostrar que podemos ser sex buddies y no más, a lo que le sumo el hecho de que estamos en una sociedad tan carente de todo y lo único que puedo pensar es: ¿ En éstos días no nos queda otra opción mas que quedarnos solos el resto de nuestras vidas? Pero algo que he decidido es que por el momento, y por cómo la vida me ha golpeado ahora, es que no tendré mas que polvos en los que no quiero ni saber el nombre de la persona.
Así que en este momento sigo al pié de la letra lo que la Biblia nos dice y durante mucho tiempo no le hice caso: “POLVO ERES Y EN POLVO TE CONVERTIRÁS”